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jueves, 24 de enero de 2013

Reincidentes de delitos sexuales – ¿Puestos en libertad?

La delincuencia de tipo sexual no sólo produce una gran consecuencia sobre las víctimas, sino que produce alarma en la sociedad. Siempre hay un grupo que reincide, por ejemplo, agresores sexuales que salieron de prisón sin estar rehabilitados o violadores que tienen una psicopatía y no albergan sentimientos de culpa.
Por eso hay diferentes tipos de tratamientos rehabilitadores para evitar delitos sexuales en la sociedad.
En los siguientes ensayos presentamos diferentes perspectivas con respecto a la temática.


¿Una vez reincidente, siempre reincidente?
por Anna Schlidt

Cada vez que aparece la noticia de la próxima excarcelación de un violador o un asesino en serie se produce un susto social. Pero una vez cumplida la condena, estos presos han pagado su deuda y, por tanto, tienen derecho a reintegrarse a la sociedad.
Muchos lo consiguen con éxito, pero algunos reinciden y dejan a su paso de nuevo sufrimiento y dolor. Así que resulta la pregunta:¿ Una vez reincidente, siemprereincidente? Para llegar a una conclusión hay que elaborar argumentos, datos, cifras ycasos a favor y también en contra de los reincidentes.

Por un lado hay muchos casos de reincidentes que, después de haber cumplido su condena, se han adaptado éxitosamente a la sociedad porque han aprendido de sus errores.
Además un gran parte de los reincidentes, que son cuatrocientos presos de dos mil y cuatrocientos en España, están siguiendo en estos momentos terapias derehabilitación para violadores, que son voluntarios. Es decir, que hay violadores que tienen la voluntad de aceptar ayuda para controlar sus impulsos.

Hay estadísticas que demuestran que los tratamientos psicológicos reducen el número de reincidencias. El 18% de los agresores sexuales que no asistía a terapia volví adelinquir, mientras que sólo el 4,1% de los que sí habían recibido tratamiento lo hacía.
Pero por otro lado hay que considerar que los reinciedentes de delitos sexuales ya han obtenido su segunda o quizás tercera oportunidad de aprender de sus faltas y todavía no lo hacen. Como, por ejemplo, se aclara en el caso del 'abusador de Astillero' que abuso a una niña de seis años, tres días despúes de abandonar la cárcel, por otra agresión sexual. Este hombre acumula cinco condenas en las dos últimas décadas por
conductas pedófilas, de modo que los reincidentes que de nuevo estan puestos en liberdad todavía representan un gran riesgo para las victimas. El 52,2% de los sacrificios son mujeres y el 26% son niños.

Aunque los reinciedntes se meten en tratamientos psicológicos, „no exsiste ninguna garantía que se les puede ayudar al 100%“ dice el psicólogo Emilio Escuer porque solamente se puede „tratar la enfermedad, pero nunca curarla.“ ha declarado el doctor Michael Reynaud, médico espezializado en criminalidad sexual.
A los agresores sexuales les falta un repertorio de emociones y empatía y no se sabe sí van a realizar el daño que han provocado. „El proceso de recaída es muy similar al de una adicción. Cualquier estímulo irrelevante puede ser el detonante, y se puede perder todo lo conseguido hasta este momento.“ añade Guadalupe Rivera, psicóloga que ha desarrollado varias programas en las prisones.
Ní la catración química, que es un tratamiento hormonal, que debe eliminar o reducir el deseo, la impulsividad y las fantasiás sexuales, es eficaz. O, mejor dicho, en el 10% de los casos no produce ningún efecto.

Al fin y al cabo creo que es muy dificíl a tomar una decision porque en este caso se trata de personas y casos individuales. Nunca se puede globalizarlos, porque cada persona y asimismo cada caso es distinto. Como muchos psicólogos especialzisados confirman que un tratamiento de rehabilitación no puede „curar“ a los reincidentes,sino ayudarles a aprender maneras de controlar sus impulsos, lo significa que los
agresores siempre sienten la apetencia y el impulso de cometer un crimen sexual de nuevo. Así que finalmente siempre exsiste el riesgo de residencia y un agresor sexual que una vez recidio, teórico siempre puede reincidir.


Reincidentes de delitos sexuales – ¿Puestos en libertad?
por Katharina Hoffmann

Poner en libertad a los criminales reincidentes después de que hayan cumplido sus condenas en prisión puede conllevar un riesgo de reincidencia de dichos criminales.
No obstante, deberían ser puestos en libertad en el marco de un tratamiento especial, ya que dejarles en prisión no es una solución compatible con el sistema judicial y los derechos humanos.

La agresión sexual puede aparecer en forma de violaciones y abusos (especialmente de menores). Con frecuencia, las víctimas de la violación son chicas conocidas o desconocidas, amigas y compañeras. Las víctimas del abuso sexual son frecuentemente niñas pequeñas, a veces niños.
Aunque los delitos sexuales son un problema bastante grave y conocido, sólo el 1% del total de los delitos están denunciados.
No obstante, se supone que por lo mínimo se duplicara.

Los autores de dichos delitos son principalmente varones, tanto jóvenes como adultos.
Realmente una mayoría de la gente está convencida de que especialmente los agresores que ya reincidieron, tienen gran potencial de reincidir otra vez después de haber sido puestos en libertad.
Pero en realidad, sólo un 5,8% de los delincuentes vuelve a cometer un delito.
Hay que destacar que esta cifra está por debajo de la tasa de reincidencia del resto de los delincuentes (37,4%).
Estos datos surgen de una investigación internacional que está basada en el seguimiento de todos los delincuentes sexuales liberados entre 1998 y 2003 de las cárceles catalanas.
Es constatable que la tasa de reincidencia es de un 19%, que se reduce al 5,8% si se considera los que cometen un nuevo delito sexual; por tanto se puede hablar de una tasa bastante baja que no corresponde a las expectativas generales.
Consecuentemente, los datos no militan en favor de dejar en prisión a los reincidentes después de haber cumplido sus condenas.
Por lo demás, el internamiento en prisiones causa costes altos para el estado. Por eso es necesario saber si el internamiento es realmente necesario.

No obstante, es necesario considerar los factores de riesgo, que indudablemente existen.
Factores que pueden influir en cometer un delito sexual son, por ejemplo, el aislamiento social, la falta de relaciones adultas, el malestar emocional, el consumo de drogas, el contacto con víctimas potenciales o pensamientos autoexculpatorios.
Resumiéndolo, los aspectos de su individualidad y su experiencia pasada desempeñan un papel importante.
Estos factores existen también tan pronto como un reincidente está puesto en libertad otra vez.
Por ejemplo, hay estadísticas que revelan que los agresores sexuales no-reincidentes suelen abusar del alcohol, mientras que el abuso de alcohol de los agresores sexuales reincidentes es notable, y, aparte de esto, una tercera parte consume drogas.
Además, las preferencias sexuales de los delincuentes pueden influir en una reincidencia .
De este modo, se puede constatar que muchos agresores prefieren formas antisociales de relaciones sexuales porque son más excitantes, algo difícil de cambiar.
Con frecuencia no son capazes de reflexionar sobre su comportamiento de manera razonable, así que suelen a encontrar justificaciones, las que, sobre todo, están relacionadas con los papeles de las mujeres en la sociedad, con la sexualidad y las normas sociales y legales.
Consecuentemente, hay una multidimensionalidad de factores de riesgo, que pueden ser dinámicos (o sea variable: como hábitos, valores, bajo estatus académico y social, bajo autocontrol, conflictos interpersonales), pero también estáticos (o sea factores que son inherentes al delincuente o a su pasado y así casi imposible de cambiar).
Esta multidimensionalidad lleva consigo una gran probabilidad de que los que han cometido muchos delitos en el pasado vuelven a delinquir, si no hay tratamiento para los factores dinámicos.
O sea, que el riesgo de reincidencia depende de los factores de riesgo y su interacción en cada delincuente.
Tomando esos factores de riesgo por sí mismos, se desarrolla una tendencia que aconsejaría dejar a los reincidentes en prisión.

Por otro lado, se debe considerar las posibilidades de predecir el riesgo de reincidencia a lo largo de un análisis intensivo del delincuente.
Hay un instrumento de predicción, denominado “SVR-20: Manual de valoración del riesgo de violencia sexual” que fue traducido y adaptado para el contexto español por el Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona.
Se asemeja a un test que ayuda a clasificar a los delincuentes sexuales según el riesgo de reincidir.
Haciendo el test, tienen que cumplimentar varias preguntas que contemplan 20 factores de riesgo. Lo hacen por entrevistas, informes técnicos de otros profesionales, expedientes o registros sobre el delincuente.
Así, se puede dividir al delincuente en una de las siguientes categorías: bajo, moderado o alto riesgo.

No obstante, hay que tener cuidado con este instrumento, ya que no es posible sumar linealmente los factores de riesgo en un delincuente para lograr una valoración de riesgo que sea apropiada para todos los casos.
Mejor dicho, depende de los factores que se combinan en uno mismo.
Después de una primera ejecución, el promedio de pronóstico correcto es un 78,5%, una cifra muy alta, considerando el hecho que el instrumento todavía está en desarrollo.
Por lo demás, el SVR-20 predice en un 83,3% qué delincuentes sexuales reincidirán.
Esta es una cifra que argumenta en favor de ponerles en libertad después de haber aprobado el test.

Además, se debería tomar en considerácion un tratamiento, algo que muestra en muchos casos éxito.
En el curso de un tratamiento, es posible modificar los factores de riesgo dinámicos.
Hay que destacar que casi la mitad de los no-reincidentes (46,5%) habían recibido un tratamiento, mientras que sólo un 14,3% de los reincidentes lo habían recibido.
Una manera muy especial de tratar a un reincidente sería la castración química.
Se usa esta práctica en un marco internacional desde los años cincuenta.
Generalmente, tiene la intención de inhibir la libido por drogas y de ofrecer un tratamiento psiquiátrico y psicológico en el marco de un seguimiento médico.
No obstante, se necesita un consentimiento de los condenados para la castración de modo que puedan disfrutar de beneficios en la legislación en caso de que acepten.

Respecto a las posibilidades que existen en día de hoy, como la predicción por el SVR-20 o el tratamiento o psiquiátrico, o psicológico o médico, se debería tomar en consideración poner en libertad a los reincidentes a condición de que aprueben el SVR-20 y que estén acompañados por un tratamiento.
Así, se puede reducir el coste institucional de los delincuentes y al mismo tiempo garantizar una cierta seguridad en la población ante los antes-reincidentes, mediante la oferta de programas de tratamiento para la reducción de riesgo, en aquellos lo requieran.



La aplicación de la castración química es una panacea para los reincidientes sexuales
por Stefan Braun

La delincuencia de tipo sexual, no sólo produce una gran consecuencia sobre las victimas, sino que produce alarma en la sociedad. Siempre hay un grupo que reincide, por ejemplo, agresores sexuales que salieron de prisión sin estar rehabilitados o violadores que tienen una psicopatía y no albergan sentimientos de culpa. Por eso hay diferentes tipos de tratamientos rehabilitadores para evitar delitos sexuales en la sociedad. Una solución podría ser la castración química como una panacea para los reincidientes sexuales, un tratamiento para disminuir la libido y bloquear los impulsos sexuales. Aquí se administran medicamentos (a través de inyecciones o tabletas) para bajar los niveles de testosterona en el hombre, reduciendo así su deseo sexual. Los efectos son reversibles, después de que la persona deja de tomar el medicamento. El uso de la castración química, aunque es por su parte efectivo, es controversial, pues los críticos plantean serias dudas a los expertos.

Por una parte hay muy positivos resultados que la aplicación de ese programa con la medicación es que los hombres pueden cambiar y asumir la responsabilidad de controlar su conducta, señala Kerensa Hocken, psicóloga forense de la cárcel de Whatton en Nottinghamshire, en el centro de Inglaterra. Además reducío los casos de violaciones en Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Suiza y Suecia.

Por otra parte, la Asociación Española de Profesionales de la Sexología (AEPS) ha alertado sobre la “ineficacia” de la castración química de los pederastas y ha advertido de que “el impulso violento se mantiene pese a la disminución de la testosterona. Además, la aplicación de la castración química afecta a la función sexual de forma temporal, pero no corta todas las vías de la agresión. El deseo de violar no se elimina sólo con pastillas. La motivación final es ejercer el poder sobre la víctima.

Algunos expertos, por su parte, advierten que la amplia lista de efectos secundarios (como osteoporosis, cambios en la salud cardiovascular, en los niveles de grasa en la sangre, en la presión sanguínea y síntomas similares a la menopausia en las mujeres) pueden ser muy graves para la salud del individuo y podrían disuadir a los delincuentes que voluntariamente han aceptado el tratamiento.

En España el tratamiento químico es voluntario. No hay una decisión de la justicia que obligue en este punto. Ramon Parés, director general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat y denota que esta situación es un fracaso porque ningún preso se sometió al programa. Según el director, a los hombres les preocupa someterse a este tipo de inyecciones. Ninguno quiere ser el primero. Si fuera obligatorio, “podría funcionar a la larga”, dice el director. En cambio, en otros países este tratamiento ha sido utilizado de varias formas ya sea obligado a través de una sentencia o como una manera para que los delincuentes reduzcan su condena en prisión en varios países, incluidos Argentina, Australia, Estonia, Israel, Moldavia, Nueva Zelandea, Polonia y Rusia.

Pero Amnistía Internacional califica la castración química forzada como un “tratamiento inhumano”. Los siguientes números demuestran la importancia de un adecuado tratamiento. Aquí se evaluaó a 315 presos excarcelados entre 1998 hasta 2007 tras cumplir su condena por delitos sexuales. En resúmen reinciden 18,5% de los presos por diferente motivos. El 5,8% de los delincuentes sexuales reincide. El 6,5 % reincide por delitos violentos y el 6,2% por otros hechos. La reincidencia de los delitos sexuales está muy relacionada con el tratamiento que reciben en la cárcel. El instituto constató que la tasa entre los que no siguieron ninguna terapia fue el 46,5%.

En resumen, estoy de acuerdo en utilizar la castración química como parte de un tratamiento para algunos tipos de violadores sexuales. El acto de violación se debería conceptualizar más como un acto agresivo o violento, que se expresa en términos sexuales, y no como un crimen sexual en sí. Con esto quiero decir que, en caso de que la castración química funcionara, transformaría el efecto (la violación) y no el problema de fondo. En mi opinión es muy importante tomar los medicamentos junto con ayuda psicológica. Porque este tipo de castración elimina en gran porcentaje el deseo sexual, pero lo importante es que estos sentimientos se generan en el cerebro y no en los órganos sexuales, por lo que este método debe ir acompañado de una intensa rehabilitación psicológica. En algunos países, incluye el tratamiento dos clases de drogas: una baja el volumen de los pensamientos sexuales, mientras que la otra deprime la testosterona, reduciendo el nivel de excitación sexual. En mi opinión, podría ser esta forma con intensa rehabilitación psicológica para muchos delincuentes un buen método. Algunos países como Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Suiza y Suecia han tenido un gran éxito con ese tratamiento. Pero este resultado no se puede generalizar para todos los países. Estos países se caracterizan por estar entre los que gozan de mejor calidad de vida y desarrollo humano del mundo. Con todo, y a pesar de las numerosas discusiones y opiniones sobre el tema, se puede concluir que la castración química no es una panacea para los delincuentes sexuales porque no hay un único tipo de agresor.




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