En los últimos años, la discusión acerca del sistema
educativo alemán ha levantado una fuerte polémica. Los resultados del estudio
Pisa mostraron que el nivel de enseñanza no es tan alto como se había pensado. Por esto se han iniciado diferentes reformas escolares
con el objetivo de mejorar los rendimientos de los alumnos. Esto incluye la
implementación de la Ganztagsschule, la Gemeinschaftsschule y la modificación
del G8. En los siguientes ensayos se evalúan las ventajas y desventajas
de estas reformas.
El sistema poco educativo alemán
por Aljoscha Zambrano
La igualdad de derechos es un valor fundamental de la
democracia. Eso incluye el derecho a la formación para todos, ya que el sistema
educativo alemán tiene el objetivo
de formar a cada alumno. Pero en realidad cumple este objetivo de una manera
insuficiente.
El sistema escolar alemán se estructura en tres clases de
formación diferentes: los alumnos
que han tenido el mejor rendimiento escolar en la Grundschule (escuela primaria)
pueden acceder al Gymnasium, los alumnos que han tenido un rendimiento mediocre en la Realschule
y los alumnos con malos rendimientos escolares a la Hauptschule. El estudio
PISA demostraba que
existe un asbimo enorme entre los rendimientos de los alumnos del Gymnasium y
los de los alumnos de Hauptschule. „Los alumnos de la Hauptschule ni siquiera cumplen los requisitos mínimos”[1]. Por
eso, hay que preguntarse si la
formación de la Hauptschule es eficaz.
Curiosamente, la mayoría de los alumnos de la Hauptschule
son jóvenes de origen no alemán. Más del 70 por ciento tienen padres
extranjeros. Muchos de ellos, cuando empiezan a ir a la escuela no hablan una
palabra de alemán. Sin embargo,
saber el idioma es esencial para la mayoría de las asignaturas. Por eso los
alumnos extranjeros obtienen
inevitablemente malas notas y al
final de sus estudios una recomendación para la Hauptschule. Ésta llega a ser
un recolector para alumnos con
malos conocimientos de alemán y un lugar de no-integración del alumno. A esto se suma que muchos extranjeros
que vienen a Alemania son de clase
social baja. Esto significa en muchos casos que los padres no exigen
buenos rendimientos escolares a sus hijos.[2]
Lamentablemente, la escuela no fomenta el
aprendizaje de la lengua de una manera adecuada
para alumnos extranjeros, puesto que los profesores no están debidamente
formados para afrontar esta situación. No tienen mucho tiempo para dedicar más
esfuerzo o tiempo a un alumno flojo, ya que enseñan a un grupo de
aproximadamente 30 alumnos y tienen que cumplir con estrictos planes de estudios. Además, los estudios de Magisterio
en Alemania se quejan una y otra vez de que las clases están dirigidas más
hacia la teoría que a la práctica y una vez que son profesores ya no se preocupan
por perfeccionarse.[3]
Es un hecho que Alemania invierte menos dinero en la
educación que la media de los estados de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos).[4]
Poco dinero significa pocos puestos y, por consiguiente, mayor número de alumnos por profesor.
Con más dinero se podría contratar a personal especializado u ofrecer medidas
de fomento como p.ej. el repaso.
Hay otro problema, debido a los cambios técnicos y
sociales. Mientras la lectura era una actividad importante en el tiempo libre
de los jóvenes de hace unas décadas, hoy día los jóvenes se dedican al Internet,
la televisión y los juegos de ordenador, por lo tanto hay menos alumnos que
leen libros por pura diversión. Esto lleva a que los alumnos tienen problemas
en entender, describir y discutir textos. Además, les cuesta mucho solucionar ejercicios matemáticos de un
modo creativo. En estas tareas los alumnos alemanes no tuvieron mucho éxito en
el estudio de PISA.[5] Parece
que han cambiado las capacidades cognitivas de los alumnos.
Además, el estilo de vida moderno cuesta tiempo y dinero.
Hoy en día un alumno que quiere estar a la moda no sólo debe poseer ropa de
marca, sino que también debe tener un ordenador y televisor propios, juegos nuevos,
etc. Este estilo de vida cuesta dinero, mucho dinero. Y este dinero se tiene
que ganar, a no ser que los padres malgasten el suyo en los caprichos de sus
hijos. Por este motivo, muchos adolescentes trabajan, y les falta el tiempo
para dedicarse a la materia escolar. Eso conlleva a peores rendimientos
escolares.
En conclusión, de
momento el sistema educativo alemán cubre las necesidades de formación
de alumno escasamente. Hay mucho que mejorar en este sistema. Los puntos débiles que se destacan de nuestro
sistema educativo son: falta de formación adecuada a los alumnos de origen
extranjero, financiación
insuficiente, falta de interés de los profesores en perfeccionarse, formación
no adecuada de los futuros profesores.
Ya se están cambiado poco a poco los planes de estudios con objeto de formar más las capacidades cognitivas de los alumnos, aquellas que tienen que ver con la lectura y la
solución de problemas matemáticos. Además, arrancan proyectos como la Gemeinschaftsschule, que tienen más
posibilidades de promover a los
alumnos con una formación insuficiente. Pero eso es ya otro tema de ensayo de
nuestro grupo.
Bibliografía
Schulte, B. (2005). El sistema educativo alemán. En: Los sistemas
educativos europeos ¿Crisis o transformación? (S. 149-176). Joaquim Prats y
Francesc Raventós.
La extensión
de la jornada escolar al día completo puede mejorar las capacidades
intelectuales y sociales de los alumnos
por Janina Meyer
Introducción
En los últimos años la discusión sobre la reforma del
sistema escolar en Alemania se ha convertido en un tema muy importante. Sobre
todo los resultados del informe de PISA alertaron al Ministerio de educación.
Una posibilidad para mejorar las capacidades de los alumnos alemanes, que está
en debate ahora, es la extensión de la jornada escolar al día completo. Este
modelo se llama Ganztagsschule y ya
se ha implementado en algunas escuelas. A continuación se examinarán los
argumentos en favor y en contra de esta renovación escolar.
Argumentación
Hay varios argumentos que apoyan la implementación de
la Ganztagsschule.
En primer lugar, la
Ganztagsschule brinda la posibilidad de fomentar la cooperación entre
profesores y alumnos. Los turnos de la tarde dejan espacio a otras
actividades creativas o deportivas que no se pueden realizar en la escuela
normal.
Además, la comunidad de los alumnos pasa más tiempo
junta que en otras escuelas, lo que tiene una influencia positiva para la vida
social. Esta forma más intensa de cooperación y socialización también apoya la
comprensión mutua de diferentes raíces culturales y sociales.
Por otra parte, existen varias cooperaciones con
instituciones o empresas extra-escolares. De esta
forma, los alumnos tienen la posibilidad de conocer ofertas adicionales que les
puede servir para relacionarse más con los diferentes oficios y carreras que
podrán escoger en el futuro.
También hay que considerar el cambio que la
institución familia está atravesando últimamente.
Con la Ganztagsschule
se brindan más posibilidades para los dos padres de participar en la vida
laboral. Esto ayuda a la realización de la igualdad de género,
crea otras formas de vida familiar que la forma tradicional de familia, en la
cual el padre trabaja y la madre se queda en casa ocupándose de los hijos. Con esta
nueva forma escolar se facilita que la madre también pueda trabajar.
Considerando el nivel educativo, según los estudios
PISA, los países donde se han implementado Ganztagsschulen
han obtenido un nivel más alto de aprendizaje. Un país ejemplar es Finlandia,
que junto con Corea alcanzó el puesto más alto de los países OECD[6]. Pero no se puede generalizar
esta tesis, porque otros países que cuentan con este modelo no han podido subir
su nivel académico.
En cambio, surgieron algunos argumentos en contra de
la extensión de la jornada escolar al día completo.
Hay personas que opinan que la educación de niños no es
solamente la tarea del estado, es decir, de la escuela, sino que los padres
tienen que tener un impacto mayor. Con la Ganztagsschule
se disminuye la influencia de los padres en sus hijos. Sin embargo, con
la brecha social que se está haciendo más amplia, la Ganztagsschule garantiza más igualdad entre los niños que vienen
de un entorno social bajo y los que vienen de las clases sociales altas.
Otro argumento en contra es la financiación de los Ganztagsschulen, que obviamente causan
gastos más altos que el modelo tradicional. No obstante, la educación es un
sector muy importante, y el estado debe asumir la responsabilidad de fomentarlo
adecuadamente.
Conclusión
Después de valorar las ventajas y desventajas del
modelo de la Ganztagsschule, opino
que la implementación de ello causará una mejora notable de las capacidades
sociales e intelectuales de los alumnos. El argumento más esencial para mí
es la reducción de la brecha social, un problema que no se debe subestimar,
sobre todo en un sistema de estado social como Alemania.
Fuentes:
OECD (2010), PISA 2009 Ergebnisse: Zusammenfassung
La
“Gemeinschaftsschule” permitirá a más jóvenes un estudio universitario
por Raquel
Romero García
Aquí en Alemania últimamente han discutido a menudo
la cuestión de si la posibilidad de estudiar depende de la procendencia social
y si decidir definititivamente el futuro título escolar inmediatamente después
de la enseñanza primaria es demasiado pronto.
Por eso recientemente han
renovado la política educativa y ha sido implantada la “Gemeinschaftsschule”.
La meta de esta nueva forma de escuela es permitirle a más jóvenes un estudio
universitario dejando a los niños y las niñas dos años más en su comunidad
educativa heterogénea.
Según el tipo de “Gemeinschaftsschule” después de
estos dos años los niños y las niñas siguen siendo educados juntos en todas las
asignaturas o son repartidos en tres grupos, dependiendo de sus notas. Estas
dos maneras de educación, de las cuales la primera se llama “forma integrada” y
la segunda se llama “forma cooperativa”, son completadas por la tercera que se
llama “forma integrada en parte”. En
esta última los niños y las niñas sólo son educados juntos en algunas
asignaturas mientras que en otras son repartidos como en la “forma cooperativa”.
Una especialidad atractiva de la
“Gemeinschaftsschule” es que en ella los jóvenes pueden conseguir los tres
títulos escolares que existen en Alemania. Así, hasta los jóvenes que no han
tenido las mejores notas ni en la enseñanza primaria ni en sus primeros años en
la “Gemeinschaftsschule” tienen la oportunidad de obtener el bachillerato para
comenzar una carrera universitaria.
Esto sobre todo puede ser una ventaja para aquellos
que provienen de otros países y que han aprendido otra lengua en su casa
paterna, porque especialmente es la mayoría de ellos la que resulta
desfavorecida en el sistema escolar actual. El problema es que muchos necesitan
algo de tiempo para aprender el idioma alemán y por esto sus notas son peores
que las de los otros. Normalmente por esto los profesores los mandan a la
“Hauptschule”, en la que el nivel de enseñanza es el más bajo en comparación
con la “Realschule” y el “Gymnasium”. Siendo alumno de esta forma de escuela es
casi imposible cambiar el colegio y así conseguir el bachillerato.
Otros países, como Finlandia y Suecia, que tienen un
sistema educativo parecido al de la “Gemeinschaftsschule”, han demostrado que
este sistema funciona y que es exitoso, porque en estudios como el de Pisa quedan en mejor
posición que los otros.
Además, hay que mencionar la ventaja que en la nueva
forma de escuela ambos tipos de alumnos, es decir los alumnos buenos y los
alumnos malos, aprenden juntos. La idea es que por un lado los alumnos buenos
pueden ayudar a los demás y, por otro lado ellos mismos mejoran al tener que
explicar las cosas. Esto es muy útil, porque frecuentemente algunos alumnos
entienden estas cosas mejor cuando otros se lo explican de otra manera.
Sin embargo, también hay bastantes inconvenientes. El
problema es que los profesores que dan clase actualmente no han aprendido a
tratar a alumnos tan heterogéneos. Normalmente, están acostumbrados a clases en
las que los niños y las niñas tienen más o menos el mismo talento. Para
eliminar este problema primero las universidades tendrían que ofrecer carreras
nuevas. Pero el problema ni siquiera sería resuelto de momento, sino en casi diez
años cuando los que ahora empezaran su estudio lo hubieran terminado y pudieran
dar clase.
Además, en Alemania ya existe una escuela parecida a
la “Gemeinschaftsschule”, a saber, la Gesamtschule, que fue implantada para
eliminar las otras formas de colegios y así garantizar que todos los chicos
tengan las mismas posibilidades. No obstante, esto no funcionó y ahora la “Gesamtschule”
existe junta con las demás. A lo mejor no podía imponerse precisamente porque
en Alemania todavía no existen profesores especiales para colegios como la
“Gemeinschaftsschule”.
No obstante, creo que la “Gemeinschaftsschule”
permitirá a más jóvenes un estudio universitario porque siendo alumno de ella
tienen la oportunidad de conseguir hasta el bachillerato sin haber tenido las
mejores notas en sus primeros años en la escuela y porque ya funciona en otros
países. Pero primero hay que formar profesores que sean capaces de tratar a niños
y niñas que aprenden de forma diferente.
G8, ¿una reforma fracasada?
por Esra Kacan
Tradicionalmente el sistema
escolar alemán ha gozado de mucho respeto y de buena reputación en la opinión
pública alemana. Esta valoración se ha visto turbada por los resultados del
estudio PISA del año 2000, que otorgó a Alemania la nota global de
"aprobado raso" a escala internacional. Dado que los malos resultados
supusieron un choque para el país, se han iniciado varios remedios a nivel de
educación escolar.
En el año 2004 se introdujo la
reforma educativa del bachillerato (Abitur)
de ocho años en Baden-Württemberg y en otros estados federales. Ese nuevo
sistema escolar se llama ‘G8’ y establece que los alumnos obtienen el Abitur
después de ocho años en vez de los nueve años usuales. Aunque el Ministerio de
Educación y Ciencia confirmó la reforma con optimismo, la realidad muestra que
el asunto ha levantado una fuerte polémica. Por esta razón, es necesario
considerar las ventajas y los inconvenientes para ver hacia dónde se inclina la
balanza.
Por un lado, la iniciación de
la reforma es un avance positivo. Teniendo en cuenta que Alemania es uno de los
países que tiene una edad más avanzada para el inicio al trabajo o los
estudios, es una ventaja para los alumnos alemanes obtener el Abitur después de
ocho años. Por lo tanto, tienen la posibilidad de competir contra los otros
graduados europeos.
Otro aspecto positivo es que los
profesores son más flexibles en lo que concierne a la realización de las clases
y la selección del material didáctico. Las potencias de los alumnos tienen
prioridad, así que pueden beneficiarse de las ofertas de clases de música,arte
o deporte. Para dar un ejemplo, en los institutos del estado federal de Baden-Württemberg
los alumnos tienen la posibilidad de elegir una segunda lengua extranjera ya
cuando empiezan el instituto. Los alumnos son confrontados con la lengua
extranjera antes de lo habitual y, por consiguiente, tienen menos dificultades
con la adquisición de lenguas.
Por otro lado, el G8 significa
que los alumnos tienen que aprender más, pero en un periodo más corto. Los
efectos negativos repercuten en la vida cotidiana de los alumnos.
En primer lugar, se puede ver
la insatisfacción en la reacción de los padres que se manifiestan en los foros
de Internet. La mayoría comparte la opinión de que el instituto les roba la
infancia a sus hijos. En segundo lugar, los alumnos sufren el creciente estrés.
La ministra de Educación, Annette Schavan, aseguró en una entrevista de radio
que los alumnos tendrán suficiente tiempo para la planificación del tiempo
libre. Además, añadió que no había ningún otro país europeo en el que se
ofrecen tantas actividades extraescolares. Pero la realidad muestra que se exige
demasiado de los alumnos. Para verificar esta observación, se puede echar un
vistazo al estudio de la facultad europea del estudio económico. Según los
resultados, la mayoría de los alumnos no está a la altura de las exigencias.
Por esta razón, abandonan el instituto antes de tiempo.
La situación podría resumirse
así: hasta que las condiciones para los alumnos no mejoren, el sistema de ‘G8’
quedará en una exigencia exagerada. Es cierto que esta reforma se propone
aumentar las oportunidades y el rendimiento mayor de los alumnos, pero no es
suficiente abreviar los nueve años del bachillerato en ocho años. En vez de
rechazar esta forma educativa, hay que encontrar el equilibrio entre la
enseñanza y el tiempo libre.
Para terminar, se puede decir
que el fracaso de la reforma podría convertirse en una receta para el éxito solo
cuando todos trabajen en la misma dirección.
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