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sábado, 19 de enero de 2013


Las telenovelas: un fenómeno de masas en Latinoamérica 


El fenómeno de las telenovales en Latinoamérica es muy interesante: desde hace más de cuarenta años tienen un éxito enorme. Pero no solo son vistas en América del Sur, sino también en casi todo el mundo. Desde los años ochentas son exportadas a muchos países europeos y asiáticos.
¿Cuál es el secreto de su éxito?
¿Solamente son un entretenimiento barato y superficial de masas o tienen un significado más profundo?

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Telenovelas latinoamericanas:
¿más que solamente un medio de entretenimiento superficial de masas? 
de Anna Schulte

Se puede observar el fenómeno del éxito de las telenovelas latinoamericanas desde hace muchos años. No solo son muy populares en sus países de origen, sino también en todo el mundo, lo que prueban los números de la exportación mundial de esas series televisivas. Pero, ¿qué factores generan el éxito de ese género mediático?
Muchos expertos dicen que la estructura misma de cada episodio crea un hábito en los espectadores y casi tiene la posición de un ritual diurno. También el factor de que los episodios siempre terminan en un punto muy alto, provoca que el espectador quiera saber lo que va a pasar en el próximo capítulo.
Las telenovelas siempre tienen un número limitado de episodios, en la mayoría de las veces un máximo de doscientos capítulos, y eso las diferencia del género de las soap operas, que pueden durar años. Pertenecen al grupo de los melodramas, que enfocan los sentimientos y las emociones de los personajes principales. En Alemania, por ejemplo, el melodrama tiene una conotación femenina, pero en Latinoamérica este género está dirigido a todo tipo de público: tanto las mujeres, como los hombres y los niños.

Aunque las telenovelas tienen una popularidad enorme, también hay muchas voces en contra, que critican los personajes unidimensionales y caracteres superficiales. Dicen que las historias son casi siempre las mismas y que el espectador encuentra poca creatividad y pocos momentos de sorpresa si ve esas series televisivas.
Pero también se pueden emplear esos argumentos para argumentar a favor de las telenovelas: sus estructuras parecidas hacen posible una huida de la vida cotidiana de los espectadores. Hay garantía de un final feliz y el público puede sentir empatía con los protagonistas sin preocuparse por su bienestar al mismo tiempo.

Esta receta para el éxito genera una cultura de masas para todas las clases sociales, porque no solo los pobres ven las telenovelas, sino también gente de clases más altas. Las telenovelas provocan un sentimiento colectivo y una homogeneización de la población.
Además, reflejan los modelos del comportamiento característico de su lugar y su época. Las telenovelas muestran un fiel reflejo de la sociedad y el sistema social en que se generan. Se puede observar la vida social en las sociedades latinoamericanas y todos sus problemas.

Desde hace algunas décadas, el éxito de las telenovelas latinoamericanas incluso ha crecido: son exportadas en todo el mundo y significan un gran factor de la economía en sus países de origen. Pero al mismo tiempo tienen que redefinirse cada vez de nuevo. Por un lado, presentan a los aspectos locales y muestran las tradiciones y la cultura de los países latinoamericanos. Pero, por otro lado, es necesario que introduzan una cotidianidad global y pluricultural para que tengan éxito en el mercado mundial. La producción comercial, que se dirige principalmente hacia los mercados exteriores y la exportación, causa una internacionalización y globalización cada vez mayor de este género tan típico del continente suramericano. Finalmente, el éxito mundial provoca una pérdida de identidad y los rasgos culturales disminuen. Lo cotidiano de un país, sus problemas sociales y los personajes que viven en esa cultura dificultan la exportación.

Tanto si a uno le gustan las telenovelas como si no, se puede decir sin duda que ese género mediático no solo es unidimensional. Hay muchas facetas en que se pueden analizar y examinar su éxito tanto en América Latina como en el mercado global. Será muy interesante observar su desarollo en el futuro.




“Las telenovelas- ¿una parte de la vida mexicana?” 
de Sandra Gusmann

Muchas personas se preguntan a sí mismos qué importancia tienen las telenovelas para nosotros y en particular para los mexicanos, por ejemplo, para saber si se recomienda verlas. Muchas veces se habla de que las telenovelas son una parte de la vida en México.
Por un lado, no se puede imaginar que mucha gente se interese por las telenovelas, en las cuales siempre se puede reconocer la misma estructura melodramática, y la misma historia. Muchos de nosostros las critican, por ejemplo, como A. Riyuevka, una autoridad en Internet, que habla sobre el aburrimiento a causa de que siempre se trata de lo mismo: “Me encanta ver las novelas mexicanas, por los actores que ponen, pero no me gusta se hablen de lo mismo en todas las novelas, que si la protagonista es la nena buena, pobre que se enamora de alguien rico, y el se enamora de ella, se va a trabajar a la gran empresa y pasa sucesos (…). Otro aspeto que molesta a muchos y podría tener una consecuencia negativa para la popularidad es la falta de la realidad en estas telenovelas, que también menciona A. Riyuevka: “(…)otra cosas que no me gusta es que las novelas mexicanas presenten el lado rosado de Mexico, o sea el lado de los ricos, blanquitos y bonitos (…)”
Pero, por otro lado, hay razones para creer que las telenovelas son una parte de la vida de los mexicanos porque hay muchas pruebas de ello. Muchas estadísticas subrayan perfectamente el éxito de las telenovelas, lo que significa que son una parte de la vida de muchas personas. Por ejemplo, una de las estadísticas enseña que la empresa televisiva mexicana produce desde hace diez años entre doce y dieciséis telenovelas al año. Eso es una cantidad grande.  Otra investigación informa que entre 1957 y 1961más del 80% de todas las series eran telenovelas y que  después, el número de telenovelas se elevó significamente. En México hay telenovelas que son tan exitosas que se tiene que prolongarlas, como por ejemplo la telenovela “Salomé”, que en Alemania tenía solamente 150 capítulos, pero en México 180.
Si las telenovelas pertenecen a la vida de los mexicanos, la pregunta es como se podría explicar el interés por ellas. Una de las posibilidades puede ser que mucha gente está acostumbrada a estas historias, que son siempre las mismas, y por eso no se puede imaginar vivir sin ellas. Aparte de eso a muchas mujeres posiblemente les gustan las telenovelas porque a ellas les gusta precisamente el aspeto de que siempre se trata de lo mismo, porque siempre se trata del romanticismo. Además, muchas de las mujeres pobres pueden identificarse con aquellas en las telenovelas e imaginarse, por ejemplo, que algún día van a conocer a alguien que es muy amoroso y no tiene ningún problema financieros. Por eso no se debe decir que la falta de realidad en las telenovelas solamente tiene que ser una cosa negativa, sino también puede ser muy positiva. Aparte de eso, se tiene que admitir que casi todas las telenovelas presentan un suspense enorme y un final feliz, cosa que también podría tener una influencia grande sobre la popularidad. Cuando las palabras no pueden enseñar tanto las emociones, ayuda un acompañamiento musical y una mímica, muy fascinante para muchos.
En resumen, se puede decir que aunque las telenovelas son siempre las mismas, sin embargo a muchas personas les gustan. Eso se puede observar en las estadísticas que enseñan su gran éxito. Si las telenovelas no son una parte de la vida mexicana, pues seguramente son muy importantes e interesantes para los mexicanos. De todas maneras, llamarlas como una parte de la vida, no es un error porque son exitosas y existen desde muchos años, lo que demuestra,  que acompañan a mucha gente por toda la vida. 



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