Las telenovelas: un
fenómeno de masas en Latinoamérica
El fenómeno de
las telenovales en Latinoamérica es muy interesante: desde hace más de cuarenta
años tienen un éxito enorme. Pero no solo son vistas en América del Sur, sino
también en casi todo el mundo. Desde los años ochentas son exportadas a muchos
países europeos y asiáticos.
¿Cuál es el
secreto de su éxito?
¿Solamente son un
entretenimiento barato y superficial de masas o tienen un significado más
profundo?
(http://homemadedad.ca/wp-content/uploads/2010/09/family_tv.jpg)
Telenovelas latinoamericanas:
¿más que solamente un medio
de entretenimiento superficial de masas?
de Anna Schulte
Se puede
observar el fenómeno del éxito de las telenovelas latinoamericanas desde hace
muchos años. No solo son muy populares en sus países de origen, sino también en
todo el mundo, lo que prueban los números de la exportación mundial de esas
series televisivas. Pero, ¿qué factores generan el éxito de ese género
mediático?
Muchos
expertos dicen que la estructura misma de cada episodio crea un hábito en los
espectadores y casi tiene la posición de un ritual diurno. También el factor de
que los episodios siempre terminan en un punto muy alto, provoca que el
espectador quiera saber lo que va a pasar en el próximo capítulo.
Las
telenovelas siempre tienen un número limitado de episodios, en la mayoría de
las veces un máximo de doscientos capítulos, y eso las diferencia del género de
las soap operas, que pueden durar años. Pertenecen al grupo de los melodramas,
que enfocan los sentimientos y las emociones de los personajes principales. En
Alemania, por ejemplo, el melodrama tiene una conotación femenina, pero en
Latinoamérica este género está dirigido a todo tipo de público: tanto las
mujeres, como los hombres y los niños.
Aunque las
telenovelas tienen una popularidad enorme, también hay muchas voces en contra,
que critican los personajes unidimensionales y caracteres superficiales. Dicen
que las historias son casi siempre las mismas y que el espectador encuentra
poca creatividad y pocos momentos de sorpresa si ve esas series televisivas.
Pero también
se pueden emplear esos argumentos para argumentar a favor de las telenovelas:
sus estructuras parecidas hacen posible una huida de la vida cotidiana de los
espectadores. Hay garantía de un final feliz y el público puede sentir empatía
con los protagonistas sin preocuparse por su bienestar al mismo tiempo.
Esta receta
para el éxito genera una cultura de masas para todas las clases sociales,
porque no solo los pobres ven las telenovelas, sino también gente de clases más
altas. Las telenovelas provocan un sentimiento colectivo y una homogeneización
de la población.
Además,
reflejan los modelos del comportamiento característico de su lugar y su época.
Las telenovelas muestran un fiel reflejo de la sociedad y el sistema social en
que se generan. Se puede observar la vida social en las sociedades
latinoamericanas y todos sus problemas.
Desde hace
algunas décadas, el éxito de las telenovelas latinoamericanas incluso ha
crecido: son exportadas en todo el mundo y significan un gran factor de la
economía en sus países de origen. Pero al mismo tiempo tienen que redefinirse
cada vez de nuevo. Por un lado, presentan a los aspectos locales y muestran las
tradiciones y la cultura de los países latinoamericanos. Pero, por otro lado,
es necesario que introduzan una cotidianidad global y pluricultural para que
tengan éxito en el mercado mundial. La producción comercial, que se dirige
principalmente hacia los mercados exteriores y la exportación, causa una
internacionalización y globalización cada vez mayor de este género tan típico
del continente suramericano. Finalmente, el éxito mundial provoca una pérdida
de identidad y los rasgos culturales disminuen. Lo cotidiano de un país, sus
problemas sociales y los personajes que viven en esa cultura dificultan la
exportación.
“Las telenovelas- ¿una
parte de la vida mexicana?”
de Sandra Gusmann
Muchas personas se preguntan a sí mismos qué
importancia tienen las telenovelas para nosotros y en particular para los
mexicanos, por ejemplo, para saber si se recomienda verlas. Muchas veces se
habla de que las telenovelas son una parte de la vida en México.
Por un lado, no se puede imaginar que mucha gente se
interese por las telenovelas, en las cuales siempre se puede reconocer la misma
estructura melodramática, y la misma historia. Muchos de nosostros las
critican, por ejemplo, como A. Riyuevka, una autoridad en Internet, que habla
sobre el aburrimiento a causa de que siempre se trata de lo mismo: “Me encanta ver las novelas mexicanas, por los actores
que ponen, pero no me gusta se hablen de lo mismo en todas las novelas, que si
la protagonista es la nena buena, pobre que se enamora de alguien rico, y el se
enamora de ella, se va a trabajar a la gran empresa y pasa sucesos (…). Otro
aspeto que molesta a muchos y podría tener una consecuencia negativa para la
popularidad es la falta de la realidad en estas telenovelas, que también
menciona A. Riyuevka: “(…)otra cosas que no me gusta es que las novelas
mexicanas presenten el lado rosado de Mexico, o sea el lado de los ricos,
blanquitos y bonitos (…)”
Pero, por otro lado, hay razones
para creer que las telenovelas son una parte de la vida de los mexicanos porque
hay muchas pruebas de ello. Muchas estadísticas subrayan perfectamente el éxito
de las telenovelas, lo que significa que son una parte de la vida de muchas
personas. Por ejemplo, una de las estadísticas enseña que la empresa televisiva mexicana
produce desde hace diez años
entre doce y dieciséis telenovelas al año.
Eso es una cantidad grande. Otra
investigación informa que entre 1957 y 1961más del 80% de todas las series eran
telenovelas y que después, el número de
telenovelas se elevó significamente. En México hay telenovelas que son tan
exitosas que se tiene que prolongarlas, como por ejemplo la telenovela
“Salomé”, que en Alemania tenía solamente 150 capítulos, pero en México 180.
Si las telenovelas pertenecen a la
vida de los mexicanos, la pregunta es como se podría explicar el interés por
ellas. Una de las posibilidades puede ser que mucha gente está acostumbrada a
estas historias, que son siempre las mismas, y por eso no se puede imaginar
vivir sin ellas. Aparte de eso a muchas mujeres posiblemente les gustan las
telenovelas porque a ellas les gusta precisamente el aspeto de que siempre se
trata de lo mismo, porque siempre se trata del romanticismo. Además, muchas de
las mujeres pobres pueden identificarse con aquellas en las telenovelas e
imaginarse, por ejemplo, que algún día van a conocer a alguien que es muy
amoroso y no tiene ningún problema financieros. Por eso no se debe decir que la
falta de realidad en las telenovelas solamente tiene que ser una cosa negativa,
sino también puede ser muy positiva. Aparte de eso, se tiene que admitir que
casi todas las telenovelas presentan un suspense enorme y un final feliz, cosa
que también podría tener una influencia grande sobre la popularidad. Cuando las
palabras no pueden enseñar
tanto las emociones, ayuda un acompañamiento
musical y una mímica, muy fascinante para muchos.
En resumen, se
puede decir que aunque las telenovelas son siempre las mismas, sin embargo a
muchas personas les gustan. Eso se puede observar en las estadísticas que enseñan su gran éxito. Si
las telenovelas no son una parte de la vida mexicana, pues seguramente son muy
importantes e interesantes para los mexicanos. De todas maneras, llamarlas como
una parte de la vida, no es un error porque son exitosas y existen desde muchos
años, lo
que demuestra, que acompañan a mucha gente por
toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario