El mundial de
fútbol cada cuatro años es siempre el evento más grande y
espectacular. En ese mes no existe nada más que fútbol. La gente,
la tele y los periódicos no conocen otro tema, el ambiente de ese
torneo internacional les engancha a todos. Un mes lleno de partidos
diarios. Un buen tiempo para disfrutar del verano, olvidar el estrés,
pasárselo bien con los amigos delante de la tele, con una cerveza
fresca. Este año va a ser lo mismo, lo disfrutaremos. Solo hay una
cosa que oscurece todo el evento: el hecho que el mundial se jugará
en Brasil.
Que el Mundial
2014 tenga lugar en Brasil es un tema muy controvertido.
Por una
parte, la situación económica del estado no permite realizar un
torneo internacional tan grande. Debido a la pobreza de la población
y los inmensos esfuerzos que se requieren para que organizar todos
los partidos, preparar alojamientos, etc., es difícil entender por
qué razón Brasil ha sido elegido como país organizador si tiene
que ocasionar tantos gastos. La construcción en medio de una jungla
por millones de euros de un nuevo estadio que no se usará más
después de los tres o cuatro partidos previstos parece
incomprensible.
Por otra
parte, un mundial en Brasil despierta en cualquiera las ganas de
fútbol. Brasil es el alma del fútbol, no hay ningún país en que
se encuentre mas pasión por ese deporte. Lo juegan bailando, parece
que lo tengan en la sangre. Solo en Brasil hay palabras y lemas como
„Ginga“ o “Joga Bonito“, que significan el ánimo y el arte
de moverse, pura vida y la alegría por el juego. No solamente lo
“juegan“, sino lo “viven“ y eso desde pequeños en las
favelas, jugando descalzos con una naranja o algo que tenga forma de
una pelota. Mirando la historia completa del fútbol internacional,
los brasileños son los más exitosos de todos. Es casi imposible
encontrar a alguien que no conozca los nombres Cafú, Pelé,
Ronaldinho o Zico. Por todos estos motivos, en realidad Brasil es el
organizador ideal de un mundial de fútbol. Es el perfecto icono.
A parte de
eso, también hay otros argumentos a favor de que se celebre allí.
Durante el espectáculo tienen la entera atención de todo el mundo,
y eso puede ser beneficioso para la población brasileña que tiene
que luchar contra la pobreza y la criminalidad. Durante un tiempo,
están en la mira del mundo. Los problemas sociales, como la pobreza,
la inflación que reduce los ingresos de la gente, el deficiente
sistema educativo y la insuficiente infraestructura no se pueden
esconder y todos se dan cuenta de eso.
Además, la
realización del torneo exige la creación de empleos. Se necesita
mucho trabajo y, por consiguiente, muchos trabajadores para que todo
funcione bien: ya sean nuevos puestos de trabajo para la construcción
y restauración de los estadios o para preparar campos de
entrenamiento y alojamiento para los equipos de las otras naciones.
Por cierto, también existe posibilidad de hacer prácticas o
participar en programas que se ocupan de la preparación del mundial
y de todo lo que este lleva asociado. Para los voluntarios es una
buena ocasión de comprometerse y acumular experiencias. En algunos
de estos programas hasta reciben un certificado que les puede ser
beneficiosos en varias situaciones en el futuro. Al lado de eso, se
alegran de haber colaborado en un espectáculo tan grande, visto por
todo el mundo.
Aunque han
sido mencionados aspectos en contra y a favor de Brasil cómo país
anfitrión con escepticismo y entusiasmo a la vez, la verdad es que
los aspectos negativos predominan. No se puede embellecer ni
esconder, por ejemplo, el tema de la expulsión forzada de la gente
pobre de las favelas que ha sido muy estremecedor. Antes de que
empezara el Mundial Brasil 2014, el Gobierno de Brasil desalojó a
miles de familias en todo el país para que el mundo no tiene una
mala imagen del país. La pobreza y las cabañas no pegan con la
imagen moderna que se quiere presentar de Brasil. Varias favelas se
han despoblado para hacer sitio a proyectos de infraestructura.
Aproximadamente 170.000 personas están siendo expulsadas del
domicilio donde viven desde hace muchos años. Los habitantes tampoco
han sido informadas directamente, llegaron a saber a través de los
medios informativos, y no solo eso, ellos fueron trasladados a
lugares incluso peores, con una infraestructura mala y menos
posibilidades de trabajo.
Para
garantizar la seguridad de los turistas en el Mundial de Fútbol, en
los últimos cinco años fueron instaladas 37 "unidades de
policía pacificadora" (UPP) que apoyan a la policía regional y
vigilan las favelas severamente. Una de las favelas es el enorme
complejo de Maré, cerca del aeropuerto internacional de Río de
Janeiro. La población precisa en Río de Janeiro no se sabe
exactamente, pero según las estadísticas oscilan entre 8 y 11
millones de habitantes. Un tercio de ellos vive en favelas. Se puede
decir que 3 o 4 millones de personas viven en pobreza. La vida en las
favelas es muy difícil y peligrosa. La gente vive en cabañas, sin
agua potable, sin corriente y sin escuelas. Normalmente, las zonas
son controladas por grupos rivales de narcotraficantes.
No obstante,
el dinero que el gobierno gasta en esas UPP no basta para controlar
todas las favelas, sino solamente el 20%. Ese concepto, que al
principio pensaban que sería exitoso, no es beneficioso para los que
viven en la pobreza, sino solo para los turistas, y sobre todo para
que Brasil dé una imagen de un país moderno y seguro. No tienen
esperanza de que con esta operación policial se mejoren los sectores
sociales. Hasta el presente, no hay ningún mejoramiento ni en el
abastecimiento de agua ni en la asistencia sanitaria. Al contrario,
los habitantes incluso han sido atacados por la policía. En internet
circulan varios videos que muestran la violencia de la policía con
los habitantes de las favelas; muchos de los policias utilizan gas
lacrimógeno y baquetas para echarles de la casa.
Además se
duda que las bandas criminales vayan a ser frenadas para siempre. La
mayoría de ellas se han trasladado a otras favelas y siguen
traficando con drogas. El gobierno ha anunciado que las UPP se quedan
hasta el 31 de julio, solo dos semanas después del partido final.
Entonces, ¿cuál es su finalidad y a quién va dirigido? En general
se puede decir que la acción policial es muy sospechosa, sobre todo
porque una gran parte de la policía es corrupta y brutal. Entonces,
las UPP no se preocupan en absoluto de la gente pobre de las favelas,
sino de la "seguridad" para los turistas, golpeando y
expulsando a los habitantes.
En total son
doce estadios de fútbol que sirven como lugar de encuentro. La arena
Amazônia en Manaos, en la región amazónica, es la más discutida
de todas. Este estadio fue construido por 500 millones Real, que son
224 millones de euros, y tiene lugar para 42.374 espectadores. Pero
aquí empiezan los críticos del nuevo estadio. La liga regional del
estado, el “Campeonato Amazonense”, no es muy popular en Manaos
ni en toda la región. Solamente un promedio de 447 aficionados van
a ver cada partido. Eso es muy poco si se supone que los gastos de
mantenimiento de la arena ascienden a 2,2 millones de euros por año.
En el mundial
del 2014 el estadio va a ser usado tan solo para cuatro partidos. Los
habitantes de Manaos ya lo llaman “el elefante blanco”, que se
quedará vacío después de la copa. El gobierno local está
optimista de poder cubrir los gastos de la arena gigante. Miguel
Capobiango, encargado del gobierno brasileño para la Copa, dice que
el estado quiere usar el estadio como multifuncional para conciertos
u otros eventos deportivos grandes. Él ve el potencial turístico
del estadio que va atraer turistas de todo el mundo. Por las
circunstancias en la selva tropical , las obras de construcción
fueron duras y lo terminaron muy tarde. Para construir este estadio,
tuvieron que derribar uno viejo, con el que la gente siempre se había
identificado.
También la
“Arena Corinthians” en la ciudad de São
Paulo, se encontró en dificultades. Por la muerte de un hombre que
se cayó desde una altura de ocho metros mientras trabajaba en la
construcción del estadio, por huelgas y demonstraciones, los
trabajos fueron interrumpidos varias veces. También en otras
ciudades. En total la construcción de los nuevos estadios de fútbol
cuenta ocho víctimas mortales durante dos años. Los costes de todos
los estadios suman a más de 2,74 mil millones de euros. Si se
comparan los gastos brasileños con los de Sudáfrica (2010) o
Alemania (2006), son más que los gastos de ambos países juntos.
Resumiendo,
queda claro que la construcción de los nuevos estadios creó muchos
problemas en Brasil. Hay que tener en cuenta que también hay un lado
positivo, por ejemplo la creación de nuevos puestos de trabajo.
Hablando de
críticas a la Copa Mundial 2014 en Brasil se puede añadir también
el alojamiento de la selección alemana, el “Campo Bahia”, en
Santo Andrés, en el estado federal Bahia. Reconstruyeron un hotel
lujoso directamente al lado del mar y en medio de un área protegida
para los jugadores alemanes por varios millones de euros. Se habla
también de subvenciones del estado brasileño para un centro de
prensa. Los precios de los inmuebles subieron mucho después de la
noticia de la llegada de los alemanes. Para los habitantes del
pequeño pueblo Santo Andrés es un problema grande. Tampoco se sabe
cómo la gente del pueblo se va a llevar con la “inversión” de
la prensa.
Pero
este aspecto se deja valorar también de forma positiva, porque con
la atención de la prensa al pueblo el interés turístico se va
incrementar mucho.
En el aspecto
económico como país anfitrión, la Copa Mundial 2014 será un
fracaso total para Brasil. Aunque hay mucho que ganar para los
consorcios constructores, deportivos y turísticos, los brasileños
mismos no saldrán como ganadores. Responsable de eso, son, sobre
todo, las reglas explotadoras de la FIFA.
Es siempre el
mismo juego. Los candidatos que compiten por la celebración de la
Copa Mundial se prometen un crecimiento económico, inversiones y
nuevos puestos de trabajo. Esas esperanzas son alimentadas con
precisión por la FIFA y su presidente Sepp Blatter. Pero la
designación como sede de la Copa del Mundo tiene su precio, porque
es la FIFA la que impone las condiciones.
Así se
invitieron 14,5 mil millones de dólares en los estadios y proyectos
infraestructurales dispuestos por la FIFA. La presidente de Brasil
Dilma Rousseff proclamó, con orgullo, que los costes están
cubiertos en su mayoría por inversores del sector privado. Pero los
inversores parecen haber aprendido bien la lección de la Copa
anterior en Sudáfrica con sus llamados elefantes blancos. Allí se
ha constatado que no sólo ciudades apartadas como Polokwane, sino
también metrópolis como Ciudad del Cabo no pueden mantener
rentablemente los estadios construidos para la Copa Mundial pese a
todas las estrategias de comercialización (por ejemplo arrendamiento
para partidos de Rugby, conciertos, integración un museo de
deportivo, etc.). En realidad, la participación de los
inversionistas privados se sitúa sólo en un 6,7%.
La economía
local, sin embargo, apenas aprovechará el espectáculo
internacional. Pues la FIFA como organizador de este gran evento
adjudica los contratos lucrativos a los mejores postores: los grandes
consorcios mundiales.
Nestlé, por
ejemplo, paga 80 millones de Francos suizos a la FIFA para
comercializar su marca de chocolate más establecida, Garoto, como
el chocolate oficial de la Copa Mundial 2014. En el sector de la
construcción, la suiza Geobrugg AG ha recibido la adjudicación de
los componentes constructivos de acero para el techo del estadio de
Maracanã, en Río de Janeiro. Además, la compañía produce
sistemas de prevención para distintos proyectos infraestructurales
entorno de los lugares del acto. El consorcio asegurador Zúrich es
responsable de la seguridad durante la construcción de cuatro
estadios: Itaquerão en San Pablo, Maracaná en Rio de Janeiro,
Brasilia Arena en Brasilia y Fonte Nova Arena en Salvador de Bahia.
Respecto a las malas condiciones de trabajo para los trabajadores de
los estadios, sin embargo, nada ha cambiado. Igual que cuatro años
antes en Sudáfrica, cuando los estadios fueron concebidos y
construidos por empresas alemanas, ahora las inversiones en Brasil
salen otra vez del país.
Con ayuda de
sus patrocinadores, la FIFA presiona al gobierno brasileño. Por
consiguiente, el Parlamento en Brasilia aprobó una ley de bases que
autoriza a las comunas endeudarse más que nunca. Una de las
peticiones de la FIFA para celebrar el torneo es tener la
exclusividad de toda la publicidad y ventas que se ubiquen en un
radio de 2 kilómetros en torno al estadio. Todos los vendedores y
castañeros que se ubican en y alrededor de los estadios se ven
forzadas abandonar sus puestos por los muy apreciados promotores de
la FIFA. Allí no se debe consumir ninguna otra cosa que Coca-Cola,
cerveza de Budweiser y hamburguesas de Mc Donald’s. Los vendedores
y los manifestantes son apartados y se les ha hecho callar por una
vigilancia rigurosa de la policía brasileña. La FIFA impone a
Brasil un estado de excepción.
Así, la
Federación Internacional guarda la certeza de inversión para sus
socios y descarga todos los riesgos sobre los contribuyentes
brasileños. Según el Secretario General Jerome Valcke, el torneo
generará un volumen de 4 mil millones de dólares, libres de
impuestos. La FIFA no está sujeta a impuestos ni en Brasil, ni en
Suiza, donde la FIFA está registrada como organización sin ánimo
de lucro. En octubre de 2011 se aprobó una ley que exime a los
socios de la FIFA de los impuestos por los siguientes cuatro años.
Entre ellos se encuentran los patrocinadores como Coca-Cola, Visa y
Adidas.
En resumen, no
se puede saber cómo quedará la situación después del Mundial en
Brasil. Probablemente los cambios no serán de larga duración y en
el peor de los casos la situación de los brasileños, sobre todo de
la gente en las favelas, no cambiará nada y ellos no sacarán
provecho del dinero que invirtió el gobierno de Brasil. Además, hay
gente que hoy vive en condiciones más precarias que antes, perdieron
todo por la expulsión de sus domicilios.
Lo que de
todas formas se queda en el país sudamericano son doce estadios
gigantes que poco a poco devorarán el dinero del gobierno. El
interés de la prensa, que ahora es enorme, se reducirá pronto,
después de la final, y se encenderá de nuevo en el 2016 cuando la
Olimpiada se realice en Río de Janeiro.
¿Y la FIFA?
La FIFA, con sus escándalos de corrupción, tiene que ser reformada
y debería estar obligada a una comisión de control superior para
lograr la mayor transparencia posible. A la concesión y realización
de los juegos se deben aplicar estándares mínimos en materia social
y medioambiental, para evitar sucesos graves como los traslados
forzados y las malas condiciones de trabajo. Es posible organizar un
Mundial en un país en desarrollo como Brasil mejor y con más
persistencia. Hace falta la concesión del gobierno y también de la
industria internacional que saca provecho de la Copa de dedicar parte
del dinero para que la economía local pueda beneficiarse también.
Y para retomar
la pregunta del inicio ¿El Fútbol une? Si pensamos en el “Public
Viewing” donde nos reunimos para apoyar a nuestras selecciones en
cada partido, seguramente la repuesta es sí. Pero es importante no
olvidar la historia detrás de la Copa.
Fuentes:
Flörke,
Solveig, Brasilien
baut das absurdeste WM-Stadion der Welt,
Die Welt, 2014. Fuente en internet:
http://www.welt.de/sport/fussball/wm-2014/article116947831/Brasilien-baut-das-absurdeste-WM-Stadion-der-Welt.html?config=print
[15.06.2014]
Rosas,
Frederico, Brasil
apura las obras de los estadios,
El País, 2014. Fuente en internet:
http://deportes.elpais.com/deportes/2014/05/27/actualidad/1401218041_750462.html
[15.06.2014]
Rosner,
Maik, Am
Strand der guten Hoffnung,
Weser Kurier, 2014. Fuente en internet:
http://www.weser-kurier.de/sport/wm2014_artikel,-Am-Strand-der-guten-Hoffnung-_arid,860321.html
[15.06.2014]
https://www.youtube.com/watch?v=xa66lHvBNes:
http://brasilienwm.de/uber-46-000-bewerbungen-fur-das-brasilianische-freiwilligen-programm-der-wm/
http://parabens.de/wm-in-brasilien-unterm-brennglas-der-weltoffentlichkeit/
http://depor.pe/futbol-internacional/brasil-2014-5-desafios-salvar-mundial-fracaso-reportaje-1017916
http://sozialismus.ch/artikel/international/2014/brasilien-die-fussball-wm-und-soziale-proteste/
Un
ensayo de:
Valeria
Bilardi
Christian
Jendrny
Matthias
Duhn
Laura
Pauly
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