La Germanofobia en el Sur Europeo
En los últimos años la situación económica
en Europa ha empeorado cada vez más. Países como Grecia, Irlanda y Chipre, pero
también los "grandes países" como España están al punto de la
insolvencia. Ahora todos los países afectados sólo tienen una pregunta:
¿Quién es culpable? Regularmente la población de estos países en
crisis tiene la opinión que Alemania, y especialmente la canciller Merkel, es
culpable, a causa de los condiciones puestas para salvaguardar a los sistemas
fiscales. En Alemania se da cuenta de un brote de Germanofobia.
En nuestros ensayos queremos enseñar las
opiniones diferentes entre los países salvados y los salvadores. Queremos
reseñar la situación y mostrar una solución posible de como se podía mantener,
en mutuo acuerdo, la unión en Europa.
La germanofobia es una reacción exagerada y no conduce a nada.
Todos nos hemos enterado de las
manifestaciones en el sur de Europa contra las duras condiciones de la
canciller Merkel. Todos nos hemos enterado de la germanofobia que rabia allí contra
la nueva dictadura de Alemania que, según un artículo publicado en El País,
quiere garantizar espacio vital económico. No hay duda de que lo que ha pasado
en los últimos días, meses y años, está lejos de lo que se considera un buen
nivel de vida, a los cuales se ha consagrado la Unión Europea. Pero, tampoco se
puede dudar que la canciller Merkel no ha puesto estas condiciones para dañar a
los Estados del sur europeo.
Entonces los Estados del sur deberían
tranquilizarse. La germanofobia es una reacción exagerada y no conduce a nada.
Comienzo diciendo que todo empezó con
Grecia, donde todavía perciben miles de difuntos una pensión y donde más de la
mitad de la gente trabaja como funcionario del Estado. No sorprende que algún
día este sistema quebrara. Y como ya estaban en la Unión Europea, sólo porque
para entrar falsificaron el presupuesto nacional, había que salvarles para
evitar un colapso económico total en toda la Unión Europea.
Con este primer rescate uno sentó las
bases de los próximos rescates, por lo que ya está hecha la idea de cómo
manejar esta situación. Se ha decidido que expulsar a un Estado no es una
opción, porque las consecuencias para toda Europa no serían previsibles. Entonces
salvar a los Estados es la única posibilidad para salvaguardar la función del
sistema fiscal.
Además, hay que tratar igual a todos los
demás Estados que necisiten ayuda fiscal. De hecho, la salvación de los estados
de Chipre, España e Irlanda, consecuentemente ocurrió de la misma manera, por
lo que esta decisión no era cosa de Merkel sola, sino predefinida por el primer
rescate.
En otras palabras: hacer a la canciller
Merkel responsable del desastre en el sur no está justificado y, por supuesto,
tampoco quiere garantizar espacio vital económico para Alemania. Por un lado,
según todas las apariencias, puede que Merkel domine a los demás delegados. Por
otro lado, Alemania ha puesto la cuota más grande, en consecuencia tiene la
mayor participación para salvaguardar a los estados menesterosos, por lo cual
debe tener el mayor poder de decisión.
Por cierto, desde el punto de vista moral,
es una infamia que la gente pague con la mitad de lo ahorrado por los errores
de los managers de bancos, y es absolutamente comprensible que la gente se
altere por eso, pero lamentablemente es inútil. No se puede hacer nada contra
las consecuencias que trae consigo un rescate.
Pero no sólo en España y los demás estados
se preocupan por su dinero, sino también en Alemania. Como Alemania presenta la
mayor parte del fondo de rescate, Alemania también tiene la mayor parte que
perder. En consecuencia, nadie sabe, tampoco en Alemania, qué pasa con el
dinero si un rescate, o peor, todos los rescates salen mal y el sistema fiscal
sufre un colapso.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Tenemos que
comprender que todos estamos en la misma barca. Ocurra lo que ocurra, ya está
hecho, así que no podemos cambiar la situación. Lo que podemos hacer ahora es
aguantar y esperar lo mejor. Manifestarse, resistirse y especialmente atizar el
odio a Alemania no conduce a nada. Estamos en la misma barca. Estamos en la
misma Unión Europea. Vale la pena mantenerla.
Merkel – ¿La tabla de salvación o la responsable de la crisis económica en
el resto de Europa?
En el último año la Unión Europea ha
tenido que tratar con el problema de la bancarrota del Estado, por ejemplo, de
Grecia y de Chipre. Hubo demasiadas discusiones a favor o en contra de los
rescates, y las condiciones de los créditos para los países en bancarrota.
Alemania, al frente de todos los países
europeos, ha tenido que pagar la mayor parte o la parte del león. Por eso, fue
la canciller Merkel quien dirigió estas discusiones y decisiones.
Pero desde entonces hay un gran parte de
Europa que compara a Merkel con Adolf Hitler a causa de sus métodos a veces
drásticos.
De ahí la pregunta: Merkel – ¿La tabla de
salvación o la responsable de la crisis económica en el resto de Europa?
El 59% de los alemanes creen que Merkel
hace bien su trabajo, y el 39% piensan que es capaz de manejar la situación en
Europa. Es posible, pero ¿que males son las consecuencias de todo?
Como un artículo del “Spiegel” declaró:
“Chipre está salvado, Alemania se impuso, pero ¿a qué precio? La negociación
del rescate ha abierto profundas heridas en la Eurozona y desató una ola de
germanofobia en el continente.”
Fuera de Alemania, las opiniones cambian
muchísimo: en su artículo, Juan Torres, economista español, compara Merkel con
Hitler porque, en su opinión, la canciller solamente quiere garantizarse
espacio vital económico y por eso ha declarado la guerra al resto de Europa,
igual que Hitler antes buscó espacio vital en otros países europeos.
En la opinión de Torres, la crisis
económica no se deriva de la deuda o el despilfarro de los pueblos afectados
por la crisis, sino de la irresponsabilidad de los bancos alemanes, protegidas
por Merkel, y de los otros países que
solamente quieren mayores ganancias. Con respecto a la financiación de los
bancos, Torres propone que Merkel no use los rescates para ayudar a los países,
sino para dárselo a los gobiernos, que traspasan el dinero a los bancos
nacionales, quienes, a su vez, se lo devuelven o reembolsan a Alemania.
Por el contrario, el historiador Juan B.
Culla i Clará presenta la idea de que el problema de la crisis en España no es
algo causado por Alemania, sino por la frivolidad y la megalomanía de los
gobernantes españoles pasados y presentes, y personas que incluso negaron la
crisis (Rodríguez Zapatero dijo que España tiene el sistema financiero más
solido del mundo) son la razón porque España no tiene dinero. Ahora Merkel
simplemente es “el culo del fraile”, como otros personas antes. La comparación
de Merkel con Hitler y la de Alemania de hoy al Tercer Reich, en su opinión, es
injusta y falsa, aunque solamente se use retóricamente.
El diario español “El Mundo” también dijo
que los alemanes no son nazis solo porque tienen una u otra postura, la cual no
les gusta a otros países.
La reacción de Alemania no es precisamente
la más adecuada en esta situación. Por ejemplo, el ministro de
Hacienda,Wolfgang Schäuble, declaró que Alemania es envidiada por su poder
económico como el alumno aventajado en la escuela siempre es un poco envidiado
por los demás, y la mayoría de los alemanes opinan que las críticas son el
precio a pagar. Algunos estudiantes de un máster de Estudios Europeos dicen que
los políticos alemanes ahora tienen que ser muy diplomáticos porque la
comparación de Merkel con Hitler causa efectos negativos sobre el entusiasmo en
Europa.
En conclusión, se puede decir que Merkel
seguramente no tiene la solución perfecta para los países en bancarrota, pero
tampoco es la responsable de la crisis económica en el resto de Europa. Es
importante que los países de la Unión Europea cooperen para mejorar la
situación financiera. Nosotros mismos, como miembros de esta Unión, quizás no
podemos ayudar con subvenciones, sin embargo podemos ayudar con el apoyo a
nuestros gobiernos en vez de criticar a estas personas que pueden realizar la
ayuda económica.