"Las
Copa del Mundo deberán ser accesibles a todas las culturas y este
era el momento para traerla al mundo árabe"
J.
Blatter
En
el 2022 por primera vez se realizará el mundial de Fútbol en Qatar.
Eso a primera vista parece una gran oportunidad para transmitir a los
países árabes la euforia que lleva un mundial. Inmensas son las
posibilidades que trae ese conjunto de países para mejorar las
relaciones entre las culturas y superar prejuicios entre el oriente,
occidente y el resto del mundo. Los beneficios de los últimos
mundiales en Alemania y Sudáfrica son más que evidentes. El lema
„el mundo como invitado donde amigos“ en Alemania fue un gran
éxito. Los visitantes se sintieron queridos y había un ambiente muy
familiar.
Cuatro
años después le tocaba a Sudáfrica ser el anfitrión para “la
Copa del Mundo 2010”. Se puede decir que todo el continente estaba
orgulloso de que por primera vez un mundial había llegado a África.
Para todos los visitantes fue una nueva experiencia y los habitantes
de Sudáfrica los recibieron con brazos abiertos. Las nuevas
vuvuzuelas hicieron un ruido terrible y los visitantes no estaban
acostumbrados a las fiestas en las tribunas. Sudáfrica es un gran
país con larga y mucha cultura. Por eso pudieron mostrar al mundo
que también en África saben lo que es vivir bien y como se puede
disfrutar de la vida sin tener mucho.
Se
ve que en el pasado los mundiales lograron mejorar las relaciones
entre las culturas. El fútbol no solamente ganó cada vez más
aficionados, sino también satisfizo el rol como medio de
entendimiento entre los pueblos. Por ahora parece que esta sigue
siendo la imagen del fútbol también para los mundiales del 2014 y
del 2018.
El
próximo mundial sera en Brasil este año 2014 y todos ya están
emocionado por el. Casi todos apoya un torneo en un país donde el
fútbol no fue creado pero que sabe tocar la pelota bien y ya ha
sido por quinta vez campeón del mundo. En el 2018 le toca a Rusia,
pero independientemente que será 4 años antes que Qatar sera
anfitrión se habla tanto sobre aquel mundial.
Qatar
2022 es un mundial muy discutido por muchas razones diferentes. No
solamente que las condiciones del clima y del alrededor pueden causar
problemas, sino también los problemas políticos, de derechos
humanos, y así como la sospecha de la corrupción de la Fifa, le dan
una nota muy amarga a este campeonato. Es el fin de este ensayo
averiguar si la imagen positiva de los mundiales de fútbol sufre por
tener la sede en Qatar en el 2022.
Las
condiciones climáticas son desérticas. En verano, de mayo a
octubre, la atmósfera es muy calurosa, con 46°C, y con un alto
porcentaje de humedad. El chamal es un viento muy violento y arenoso
el cual puede provoca, tormentas de arena. Es costumbre jugar el
mundial en junio, julio o agosto. Hay un gran problema con el calor
en las canchas de fútbol. Ningún jugador está acostumbrado a jugar
en un clima tan caluroso, además tampoco es saludable.
Podrá
ser que la Fifa ponga la fecha del torneo en invierno porque el clima
en invierno, de noviembre a abril, es más suave, con noches frescas
y pequeñas precipitaciones. Eso será mejor para los jugadores y los
visitantes y podrían disfrutar más del torneo. El único problema
que hay con esa fecha es que los campeonatos de los países, la
Bundesliga, la Premiear League, la Primera División y todos los
demás, tienen
al mismo tiempo solamente una pausa de unas pocas semanas. Las ligas
tendrán que cambiar todas sus fechas y pausas. Para realizar ese
gran proyecto habrá que renovar mucho y los países y sus equipos
serán los que sufran por eso. Entonces, no existe solamente el
problema con el clima que va haber durante el torneo, sino también
en cómo organizar que todos los jugadores de los diferentes países
puedan participar en el mundial.
No
solamente las condiciones temporales y climáticas son parte de una
gran discusión, sino también al principio cuando fue elegido en el
2010 había dudas sobre la elección de Qatar. La
revista francesa France
Football
publicó una investigación en la que asegura que Qatar compró la
organización del Mundial para 2022, e implica al argentino Julio
Grondona, al paraguayo Nicolás Leoz y al brasileño Ricardo
Teixeira. La publicación, con el título de “Qatargate”, también
alude a la posible influencia del presidente del Barcelona F.C.,
Sandro Rosell.
Según
se desprende de la investigación, Qatar dedicó enormes cantidades
de dinero para comprar los votos necesarios en el seno del Comité
Ejecutivo de la FIFA y lograr así la organización del Mundial, que
consiguió el 2 de diciembre de 2010 con 14 votos, frente a los 8 de
Estados Unidos.
El
presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Julio
Grondona, está siendo investigado por varios casos en su país,
según la publicación francesa, muchos de ellos vinculados con
Qatar. Recuerdan que ese país pagó 7 millones de dólares para
disputar en Doha un amistoso entre Argentina y Brasil, unos días
antes de la votación para atribuir el Mundial de 2022, revela la
investigación.
Es
cierto que las dificultades climáticas y las dudas que quedan acerca
de las sospechas sobre actividades corruptas ya pesan
considerablemente, pero lo que más perjudice la imagen positiva de
los mundiales de fútbol sucede en un terreno mucho más fundamental:
el terreno de los derechos humanos. Sobre todo las condiciones de
trabajo en el sector de la construcción están al centro de la
discusión. La gran oportunidad de ese evento para Qatar no consiste
solamente en que el país árabe puede presentar su euforia por el
fútbol al mundo y que después el mundo recordará una gran fiesta
deportiva, sino también en una toma de postura respeto a los
derechos humanos en el escenario mundial. El secretario general de
Amnistía Internacional, Salil Shetty, declaró: “El
mundo seguirá atento a Qatar durante los preparativos del Mundial de
Fútbol de 2022, por lo que el gobierno tiene una oportunidad única
de demostrar en la esfera internacional que está seriamente
comprometido con los derechos humanos y que puede servir de modelo
para el resto de la región”
Es
usual que los países anfitriones no recurran simplemente a los
estadios ya existentes, sino que los reconstruyen, de manera que
entre más gente o que hayan más asientos en vez de localidades de
pie. Además, muchas veces algunos cambios son necesarios para
satisfacer las normas de seguridad de la Fifa. En el pasado también
hubo varios casos en los cuales aparte de las reconstrucciones se
construyeron algunas canchas nuevas, sobre todo en países donde la
cultura futbolística es menos desarrollada, como por ejemplo en
Sudáfrica. En esta cuestión el caso de Qatar abre una nueva
dimensión, ya que se van a construir ocho estadios nuevos. Ese tema
refleja una parte de la gran ambigüedad con la cual muchos ven el
mundial en Qatar. Se discute intensamente si toda la nueva
infraestructura futbolistica después del mundial ayuda a avanzar la
cultura del fútbol y sus valores en un país hasta ahora poco
aficionado con ese deporte o si, pasado el evento, los estadios
nuevos simplemente se desmoronarán. Es una discusión, que no carece
cierto nivel hipotético, ya que los efectos discutidos todavía
están en un futuro no tan cercano. Por eso no parece adecuado
intensificar aquí ese asunto. Pero la cantidad enorme de las
construcciones concierne drásticamente la temática de los derechos
humanos.
Por
la gran necesidad de trabajadores en el rubro de las construcciones
en Qatar, la población aumenta en veinte personas por hora. La
mayoría de estos trabajadores llega al país más rico del mundo con
enormes esperanzas. Muchos se ven del sureste de Asia, de Nepal o de
la India y tienen la idea de trabajar en Qatar para alimentar a sus
familias dejadas atrás. Estas ilusiones vienen derrotadas
bruscamente. Las empresas empleadoras usan el retraso o el simple
impago como medio de opresión y con frecuencia detienen los
pasaportes para que los trabajadores no se puedan ir. Así el dinero
a muchos migrantes llegados con la esperanza de ganar lo suficiente
para apoyar a sus familias ni siquiera les alcanza para ellos mismos.
Pero
también las condiciones del trabajo mismo son inhumanas. Un informe
de Amnistía Internacional publicado en noviembre del
año
pasado revela la dimensión del abuso de trabajadores migrantes, que
en muchos casos merece el término de trabajo forzoso. Una jornada
laboral de doce horas y la inexistencia de fines de semana o días
feriados son las condiciones ordinarias. Existen empresas que ni
siquiera distribuyen cascos a sus trabajadores. Solamente en el
principal hospital de Doha se registraron más de un millar de
personas ingresadas por una caída en el trabajo. El 10% de ellos se
quedó discapacitado.
Los
alojamientos de los trabajadores representan la situación
insostenible de la mayoría de ellos. Muchos alojamientos carecen de
luz eléctrica y de acceso a agua corriente. Algunos están expuestos
a aguas residuales desbordadas o a fosas sépticas.
Es
inoportuno reclamar que los mundiales de fútbol se realicen
exclusivamente en lugares que no presenten ningún problema social, y
eso nunca fue la pretensión de los mundiales en el pasado. Como se
ha mencionado antes, un evento de este tamaño
también puede mejorar situaciones precarias, pero para eso la Fifa
en general y las empresas de construcción en especial tendrían que
transmitir los valores de los derechos humanos. En su informe,
Amnistía Internacional muestra que lo contrario es el caso. Averiguó
que no solamente empresas qataríes abusan de los trabajadores
migrantes, sino que algunas víctimas trabajaban para subcontratas de
empresas multinacionales como la empresa española OHL Construction
and Contract. En las obras de la sede de la Fifa en Doha también se
registraron graves abusos laborales. Salil Shetty reclama: “La
FIFA tiene el deber de transmitir un firme mensaje público de que no
tolerará abusos contra los derechos humanos en proyectos de
construcción relacionados con el Mundial de Fútbol.” Queda
esperar que la Fifa cumple con sus deberes.
En
los diferentes aspectos de la discusión se entiende que el mundial
en Qatar significa un gran riesgo para la imagen positiva del fútbol.
Las condiciones climáticas impiden el ritmo usual o traen riesgos
para la salud tanto de los jugadores como de los espectadores. Las
sospechas con respeto a la corrupción durante la elección de Qatar
pesan considerablemente sobre la idea de la justicia y sobre el
espíritu amistoso del deporte. La violación de los derechos humanos
actual significa el problema más urgente. Mientras no se pueda
cambiar el clima y en la cuestión de la corrupción, esta elección
tal vez pueda servir como mal ejemplo del cual se puede aprender para
el futuro, ya que el problema de la corrupción es un evento único y
no un proceso todavía actual como el abuso laboral. Si las
condiciones siguen siendo las mismas, la imagen del fútbol sufrirá
enormemente. Pero si la atención del mundo con respecto a los
derechos humanos queda tan fuerte, tal vez ayude a cambiar las
condiciones. Viéndolo así, el fútbol también tiene la gran
oportunidad de no limitarse al deporte mismo, sino de darse cuenta de
que es un medio político y que también puede mejorar condiciones
inhumanas.
Literatura
http://www.es.amnesty.org/noticias/noticias/articulo/debe-ponerse-fin-a-la-explotacion-de-trabajadores-migrantes-de-la-construccion/?sword_list[]=mundial&sword_list[]=futbol&sword_list[]=2022&no_cache=1
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/decenas-trabajadores-murieron-verano-obras-mundial-2022-20130926
http://www.intereconomia.com/noticias-/punto-pelota/mundial-catar-2022-no-sera-verano-20140108
http://www.transparenciaactiva.gob.sv/destapan-corrupcion-en-la-eleccion-de-qatar-para-sede-del-mundial-2022/
http://venezolanaenqatar.blogspot.de/2008/06/el-clima-de-qatar.html
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