Eliminar
el bilingüismo en Cataluña es como robar la identidad de los catalanes
Un ensayo argumentativo de
Marcel Schell
España es uno de los países con una gran riqueza lingüística. Aparte
de la lengua oficial de todo el estado, el castellano, existen en muchas
regiones otras lenguas cooficiales, por ejemplo, en Galicia el gallego, en el
País Vasco el euskera y en Cataluña el catalán. Este ensayo principalmente se
ocupa de la situación de la lengua en Cataluña, pues es muchas veces un objeto
controvertido y el ejemplo clásico en el debate de si las lenguas cooficiales
deberían ser prohibidas por la Cortes Generales. El texto va a mostrar una
serie de argumentos, por los cuales el catalán forma parte fundamental tanto de
la cultura catalana como de la cultura española y que eliminar esta lengua
significaría robar la identidad de los catalanes.
En primer lugar, se trata de una cuestión de identidad para muchos
catalanes. Así, el período más oscuro para Cataluña fue el tiempo del
franquismo. Con la llegada de Franco como dictador, las comunidades, entre
ellas Cataluña, perdieron muchos derechos, así lo define la página web de
Generalitat: “El régimen fue especialmente duro con Cataluña, que fue la diana
de ataques desde diferentes ámbitos que querían someter el país al dictador.” Los catalanes sufrieron un violento
anti-catalanismo por parte de Franco, que borró cualquier signo de identidad
catalana. Esto incluyó la prohibición de la lengua en la vía pública, al igual
que la bandera y el himno catalán, de modo que casi toda la cultura catalana se
perdió. También el ámbito educativo sufrió durante el franquismo, que fue contrario
a la idea de un estado multilingüe, por consiguiente, los profesores fueron
depurados y sustituidos por otros que obedecían la ideología del sistema de
Franco. Por todos los aspectos mencionados, a los catalanes la prohibición del
bilingüismo les parece una reencarnación del franquismo, razón por la cual
quieren defender su cultura para no perderla de nuevo. Además, también se trata
del respeto hacia Cataluña y los catalanes.
Aquí
surge también el punto del sentido de nacionalismo en Cataluña. El nacionalismo
no sólo significa identificarse con una parte de una nación o con la historia
política sino también con el pasado cultural común, pues, la lengua es un lazo
de unión y forma una colectividad. Deshacer este lazo significaría romper esta
colectividad y una sociedad con el mismo pasado.
Relacionando
el debate sobre el bilingüismo en Cataluña con la situación en las demás
comunidades autónomas también bilingües, hay que decir que ellas asimismo
tendrían que prohibir sus lenguas cooficiales, si se las prohibiera en
Cataluña. Sólo esto sería justo para todas personas multilingües, la reducción
del plurilingüismo estaría en contradicción con la Constitución española, con
el Estatuto de Cataluña y con la Ley de Normalización.
La razón por la que el bilingüismo en Cataluña
es tan importante se halla en la Constitución española de 1978. En ella se dice
que “El español es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles
tienen (…) el derecho a usarla.” La palabra “derecho” implica que existe la
posibilidad de usar el castellano para comunicarse, ahora bien, no está
prohibido hacerlo en otra lengua. Asimismo, la Constitución destaca en el artículo
3 II que las otras lenguas de las demás comunidades también son lenguas
oficiales. Asimismo, se acentua que todas las culturas dentro del estado español
y cuyas lenguas forman el patrimonio cultural de toda España y que es la obligación
de cada uno de respetar y protegerlas. Así lo exige el preámbulo de la Constitución
de España: “Proteger a todos los españoles, los pueblos (…) los derechos
humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.”
Hoy en día, el catalán recibe un apoyo a
través de regulaciones firmes, como ya ha sido descrito en este ensayo. Según
el sexto artículo del Estatuto de autonomía de Cataluña, el catalán es la
propia lengua de Cataluña, así que “(…) es la lengua de uso normal y preferente
(…) y es (…) la lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje en
la enseñanza.” Aquí se concreta otra vez el sentido de identidad de los
catalanes. Además, “(…) los ciudadanos de Cataluña [tienen] el derecho y el
deber de conocerlas [las lenguas oficiales]”. Entonces, se aclara que los
catalanes pueden elegir qué lengua prefieren hablar.
Además, hay una política lingüística catalana
cuya función es tanto asegurar una estabilidad y expansión de lo bueno del
plurilingüismo como una recuperación del catalán, especialmente debido al
anti-catalanismo muchos años atrás.
Entonces, todavía se hace la pregunta, por qué
debería eliminar el catalán. El catalán es una parte de identidad de la
población que vive en Cataluña. Según estudios, ya en el año 1985, el 74 por
100 de los habitantes catalanes hablaba el catalán, el 22 lo entendía pero no
lo hablaba y el 4 no lo entendía en absoluto. En el artículo “El Govern
recomienda aumentar las oficinas de denuncia” de 2005 del periódico El mundo, uno puede enterarse de que el
grado de conocimiento del catalán incluso ha subido. Por lo tanto, “(…) entre
un 80% y un 90% de los empleados públicos en Cataluña tiene «conocimientos
adecuados de catalán», (…) entre los funcionarios arroja porcentajes similares.”
Aunque haya descendido un poco el uso del catalán en el ámbito sanitario, por
ejemplo en el de los hospitales, todavía está bastante presente con un 76% del
personal sanitario que tiene conocimientos de esta lengua. En total, según una
encuesta del Instituto de Estudios Catalanes acerca de la situación
sociolingüistica del catalán en Cataluña de 2008, el 94% entiende el catalán,
el 78,3% lo habla, el 81,7% lo lee y 61,8% lo escribe. Estas cifras claramente
hablan en favor del uso del catalán.
No se debe olvidar las ventajas personales del
bilingüismo. El bilingüismo es un buen gimnasio para el cerebro, puesto que un
estudio de la Universidad de Northwestern (Evanston, Estados Unidos)
señaló que ser bilingüe puede aplazar síntomas de Alzheimer o de la demencia.
El estudio, por lo demás, ha dado como resultado que los que no hablan una
segunda lengua regularmente sufren más de bloqueos mentales por culpa de “tener
más activadas las regiones de control de inhibiciones del cerebro (…)” al
hablar. Incluso reveló que personas bilingües son capaces de concentrarse mejor
que otras. Pueden centrarse mejor en lo que realmente importa e ignoran lo que
no. Todo esto deja claro que los bilingües son más flexibles y manejan
situaciones complejas y complicadas de forma más hábil.
Claro está que no debería ignorar los puntos
en contra del bilingüismo en Cataluña. Especialmente existen dos argumentos
contrarios al multilingüismo y a la política lingüística actual. Una de ella es
que dicen que la lengua española tiene la función de un idioma común. La otra
indica que exista igualdad entre todos los habitantes de España y que no está garantizada
ninguna igualdad a causa de la riqueza lingüística, pero, visto por el otro
lado, la riqueza lingüística ofrece muchas posibilidades para los habitantes,
como ya ha sido elaborado anteriormente. Bajo este aspecto dado, es preciso
mencionar que la Constitución española no denomina el castellano como única
lengua común. Las otras lenguas españolas podrían considerarse asimismo como
idioma común entre las correspondientes comunidades autónomas.
Este ensayo ha mostrado las ventajas del bilingüismo tanto en el
ámbito personal como en el profesional. Así, entrena el bilingüismo el cerebro
y ayuda aprender otra lengua más fácil y rápida. Además, ser bilingüe conlleva
ventajas en la vida profesional, es que muchos empleados prefieren a los que
tienen las mismas calificaciones y, adicionalmente, saben hablar más lenguas.
Por otro lado es el punto de identidad de los
habitantes. No sólo ofrece a los catalanes educar a los niños de forma
multilingüe sino también identificarse con su comunidad autónoma y su pasado.
Hay un proverbio más o menos famoso de George Santayana que dice: “Aquellos que
no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo.” Este proverbio puede ser
ampliado a la historia del catalán en Cataluña: si se prohibiera (de nuevo,
como en los tiempos de Franco) el catalán, se extendería el desacuerdo entre la
gente porque no se sentiría entendida y sentiría reprimida, ya que no podría vivir
lo que la gente es, o sea, seguir con la identidad de ser un catalán.
Haciendo referencia a las autoridades, las
administraciones e instituciones, se tendrían que modificar todas las leyes
actuales y, de este modo, iría en contra de los principios de la Constitución
española y del Estatuto de Cataluña. Pero, lo que cuenta más, es que cada uno
tiene el derecho de hablar la lengua que quiera. Este derecho simplemente no
existiera sin la diversidad lingüística.
Teniendo en cuenta todos los
argumentos descritos, se afirmar a la tesis de este ensayo: eliminar el
bilingüismo en Cataluña es como robar la identidad de los catalanes, es decir,
robar la identidad personal y la identidad colectiva.
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