La dieta vegana
En nuestras culturas estamos acostumbrados a consumir muchas formas diferentes de carne. Cada día tenemos la posibilidad de
tener la carne o otros productos de origen animal en nuestras comidas. Un gran
parte de los hombres, especialmente en los países occidentales, tiene las
informaciones sobre las consecuencias de este consumo para el medio ambiente y
para la salud. Hay muchos estudios sobre las repercusiones perjudiciales en el
entorno por el cambio climático y la interacción con el consumo elevado de
carne en el mundo. Pero sin embargo el consumo de carne aumenta, especialmente
en los países del oeste como Alemania con una economía fuerte. Pero también se desarrollan movimientos
diferentes contra este manejo con los animales.
Uno de estos movimientos es el veganismo, una forma de dieta que evita comer los
productos de origen animal. Desde hace unos años la dieta vegana es un tema muy
discutido en la sociedad de Alemania. Muchos expertos defienden la opinión de que
una dieta sin productos de origen animal es un riesgo para la salud. Pero,
obviamente, hay también la parte contraria que soporta el veganismo y tratan de
llamar la atención de la gente a las ventajas de esta forma de dieta. Por eso
mucha gente ha cambiado sus costumbres de alimentación a causa del dudoso trato
de los animales en nuestras sociedades durante la ultima década. Eso lleva a la
pregunta sí realmente necesitamos la carne para nuestra salud.
Pero no sólo hay que atender a la
pregunta de la salud, sino al aspecto de la ética: El año pasado 627 millones
de pollos fueron matados en Alemania para cubrir la gran demanda de carne en la
población. Según el balance del año del BUND , el consumo per cápita fue de 88
kilos en el año 2013. Esa cantidad solo es posible con la cría de animales a
gran escala. ¿Tenemos el derecho de matar a los animales (especialmente de esa
manera)? Y quién está responsable del daño de la natura y el medio ambiente?
Esas son las preguntas que tenemos que tenemos que hacer.
Del punto de vista ecológico, el
gran consumo de productos animales es un gran problema para nuestro entorno. No
se tiene que discutir sobre este aspecto: por ejemplo, solo una hamburguesa de
Mc Donald causa 200 euros de gastos de entorno a causa de producción y transporte,
así como el alimento de los animales, cuestan mucho dinero. Se puede decir que
ayudamos a destruir nuestra planeta poco a poco: cada día 35.000 hectárea son
deforestados, especialmente para hacer nuevo espacio para los vacunos. Del
aspecto ecológico hay que asumir la responsabilidad, el veganismo es una hacer
el primer paso.
¿Pero que pasa con el aspecto de
salud en una dieta vegana? Esa pregunta preocupa a la mayoría de las personas
que piensan en una alimentación sin productos animales. Muchos cometen el error
de no informarse suficiente sobre las substancias necesarias para una vida
vegana sana. Entonces comen, por ejemplo, alimentos procesados o solo verdura
cruda y nada más. El malentendido más grande es que una dieta vegana sería automáticamente
muy saludable. Sin las informaciones sobre las micronutrientes es imposible
recibir todos las substancias necesarias. Como la vitamina B12, la vitamina D o
el calcio. Muchos veganos no tienen cuidado a estos nutrientes y arriesgan
mucho. No se pueden recibir todas las substancias nutritivas de por ejemplo
tres tipos de verduras por un día. Hay que llamar tener ojo a tener variación
el la comida, especialmente a comer varias tipos de verduras y reemplazar los
nutrientes que están incluido en productos de origen animal por las
leguminosas, verduras frescas y, a lo
mejor, por suplementos dietéticos. Un defecto de nutrientes pueden lleva a
varios problemas de salud. Se puede decir que la vitamina B 12 no es sólo el
nutriente más difícil de encontrar para un vegano, sino también de primera
necesidad para el cuerpo humano, entonces es necesario concentrarse
especialmente a esta vitamina.
Ahora llegamos a la pregunta sobre
los derechos de los animales. O mejor, sobre nuestros derechos frente a los animales.
Desde hace muchos años es normal para nosotros hombres poder comer carne cada
día. Es muy barato, gusta mucho y está
muy aceptado en la sociedad. El gran problema es que los hombres han perdido la
relación con los animales que comemos. Ya hay muchas organizaciones que tratan
de abolir la cría de animales en gran escala, pero hay una industria muy grande
que está muy interesado en seguir viviendo así, con un consumo de carne muy
alto en el mundo. Para muchos es un argumento que los animales no son iguales
que los hombres. En nuestra cultura estamos acostumbrado a tener carne en la
mesa, y hace generaciones la carne es algo especial en la cocina. Las
generaciones antes de nuestro ya comían la carne y los productos de animales
como queso y leche, pero la gran diferencia entre este consumo y él de nuestra
generación es la cantidad y el trato a los animales: unas décadas atrás era
normal tener una comida con carne a la semana, pero hoy es normal tener una vez
a la semana una comida sin carne. Eso es un desarrollo muy problemático no sólo
para nuestra salud, sino también para el derecho de los animales y también para
el planeta, especialmente para el tercer mundo, porque la mayoría de la comida
para animales se cultiva en estos países. Con estos cereales, productos de soja
o maíz se podría alimentar a los hombres en los países pobres del mundo, pero
la industria cárnica los usa para dar de comer a los animales. Nosotros estamos
tan acostumbrados a poder comer carne en cada esquina de la semana que hemos
olvidado echar una mirada al desarrollo en el mundo. Contemplando los datos
numéricos conmovedores llegamos al punto de decir que comer carne ya no es una
cosa privada, sino es un problema social para el mundo. Solo se puede resolver
esta tendencia si desarrollamos una conciencia sobre las repercusiones.
En sumo, no se puede decir que la
dieta vegana soluciona todos los problemas en el mundo, pero sería un paso a
mejorar mucho. La carne está muy aceptada y el consumo juega un papel
importante en la sociedad, de menos que es casi imposible de llegar al punto de
tener solo veganos y vegetarianos en el mundo. Pero tenemos que mirar a este
desarrollo negativo y sería una buena opción comer carne como máximo dos veces
durante la semana. También es una buena idea de ofrecer comidas con carne como máximo
dos o tres veces por la semana en las cantinas y en los comedores
universitarios. Los países con un consumo muy alto de carne necesitan una ley para
intervenir en el gran consumo de carne. Pero lo más importante, en mi opinión,
es una relación sana con los animales: no tenemos el derecho de matar 600 millones
de animales al año(el número de Alemania en 2013), y fundamentalmente hay que
prohibir la cría de animales a gran escala. Si cambiáramos nuestra conciencia
con este tema, mejoraríamos el mundo en muchos aspectos diferentes. Tenemos que
ser más responsable para el desarrollo en el mundo, y eso empieza en la
alimentación. El consumo de carne y de
productos de origen animal no es más una cosa privada. Las consecuencias son
demasiado grandes.
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